domingo, 20 de junio de 2010

Maoísmo criollo

Gerardo Blyde

El modelo implantado a sangre y fuego, fue un completo fracaso en lo económico.La revolución socialista tiene por objetivo liberar las fuerzas productivas. La transformación de la propiedad individual en propiedad colectiva socialista dentro de la agricultura y la artesanía, y de la propiedad capitalista en propiedad socialista dentro de la industria y el comercio privados, libera necesariamente y en gran medida las fuerzas productivas". Cita del Libro Rojo de Mao.
Bajo el régimen personalista y dictatorial que estableció Mao en China, la revolución comunista que acabó con la vida de cerca de setenta millones de personas para sostenerse en el poder, reprodujo masivamente un pequeño libro rojo denominado Pensamientos del Presidente Mao Tse-Tung. Este era de obligatoria lectura.
Mao no permitió la propiedad privada individual ni la que denominó propiedad capitalista, haciendo una división de lo privado entre lo que cada persona podía tener como propio y lo que podía poseer como cabeza de una industria. Aquellos bienes destinados a sobrevivir y aquellos destinados a producir.
Para él, todos los bienes debían pasar a ser propiedad socialista, lo que fue simplemente propiedad del Estado. Este modelo, implantado a sangre y fuego, fue un completo fracaso en lo económico. Hoy, hasta los propios gobernantes chinos, lo consideran un error que empobreció aún más a la población china. Mao es recordado como referencia histórica en la construcción de la República Popular China, pero también como el autor del fracaso económico de esa república, que tuvo que dar un golpe de timón a las concepciones económicas por él sostenidas e instrumentadas y abrirse al capital de modo acelerado.
Las declaraciones y acciones que enmarcan en estos tiempos la política económica del presidente Chávez van acercándose aceleradamente al modelo maoísta fracasado. En una cadena transmitida la noche del martes pasado, cuando inauguraba una planta ensambladora de vehículos iraníes en Aragua, el Presidente explicaba que el modelo que propicia consiste en que el capital privado es bienvenido mientras esté asociado al capital público en pequeñas y medianas empresas.
No así el capital privado de las grandes industrias a las que considera especuladoras, acaparadoras y perniciosas para el pueblo. Invitaba a los privados a plegarse al modelo socialista de producción para no poner en riesgo su capital. A los grandes empresarios criollos no les dio ninguna esperanza.
Contra ellos irá, unas veces con mayor velocidad, otras con más lentitud, dependiendo de las mayores o menores resistencias internas que encuentre en su avance, para ir poco a poco desmantelándolos y absorbiendo el control de toda esa actividad productiva bajo el eufemismo de empresas socialistas de producción, supuestamente entregadas a sus trabajadores, pero totalmente controladas por el Estado. No importa si dejan de ser productivas y deban ser financiadas por el Estado para mantener el parapeto de la productividad falsa.
Lo importante es controlarlas y no tener ningún medio de producción importante en manos de capital privado no controlable. La fracasada receta de Mao está en ejecución en su versión caribeña. "Nuestro Estado es una dictadura democrática popular dirigida por la clase obrera y basada en la alianza obrero-campesina.
¿Para qué esta dictadura? Su primera función es reprimir, dentro del país, a las clases y elementos reaccionarios, a los explotadores que oponen resistencia a la revolución socialista y a los que sabotean nuestra construcción socialista; es decir, resolver las contradicciones internas entre nosotros y el enemigo.
Por ejemplo, entra en el radio de acción de nuestra dictadura arrestar y condenar a cierto número de elementos contrarrevolucionarios, y privar por un tiempo determinado de derechos electorales y libertad de expresión a los terratenientes y capitalistas burocráticos" (Mao). Cualquier parecido con nuestra realidad no es pura coincidencia. Continúa Mao: "La segunda función de esta dictadura es defender a nuestro país de la subversión y posible agresión de los enemigos exteriores. En este caso, la dictadura toma sobre sí la tarea de resolver la contradicción externa entre nosotros y el enemigo.
El objetivo de la dictadura es proteger a todo el pueblo para que pueda dedicarse al trabajo pacífico y transformar a China en un país socialista con una industria, una agricultura, una ciencia y una cultura modernas". ¿Seremos capaces quienes integramos la pluralidad democrática del país de al menos categorizar de la misma manera a la revolución socialista en curso? Es básico partir del mismo diagnóstico para poder avanzar en la lucha. Mientras haya sectores que se acomodan pensando que no los alcanzará, se pierde fuerza por falta de unidad.
gblyde@gmail.com

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