lunes, 23 de febrero de 2009

'Un nuevo paradigma; para comprender el mundo de hoy', de Alan Touraine



La modernidad ha acabado, dice Touraine, y para la posmodernidad reivindica el sujeto y los derechos culturales, es decir, más de lo mismo.
Desde su atalaya de la École des Hautes Études en Sciences Sociales, Touraine puede permitirse anunciar la crisis de la modernidad sin temor a ser acusado de reaccionario. Pero, igualmente, para regalar los oídos del lector y tranquilizar su conciencia democrática, el filósofo francés ensaya salvar la posmodernidad. Este escrito se divide en dos partes.

En la primera se anuncia la actual fragmentación de los social y su próxima muerte especialmente causada por el individualismo. En la segunda, tras la reivindicación del “sujeto” frente a al individualismo moderno, se propone la solución en el fundamento de los derechos culturales. Este es el hilo conductor de una obra que está llena de intuiciones y saturada de tópicos. Por salvar el texto proponemos algunas de las intuiciones. Para demostrar que la modernidad -en cuanto que paradigma social propio de la cultura occidental- ha llegado a su fin, Touraine propone tres causas:
1) la pérdida de tensiones dinámicas. La democratización occidental eliminando las tensiones de clases sociales, sindicales o de género, consiguió pacificar las sociedades. Pero esta pacificación ha sido un arma de doble filo, que ha llevado a la pérdida de iniciativas colectivas;

2) la sumisión a una dictadura represiva. El triunfo de la democracia ha significado también el triunfo del Estado total, así: “el modelo de sociedad fue destruido en beneficio de un poder absoluto del Estado”;

3) la disolución del voluntarismo en la economía de mercado. Esto es, la sociedad se ha rendido al mercado y el consumismo se ha convertido en uno de los elementos indispensable de la modernidad.
El proceso de globalización en el que estamos sumidos acabará de disolver una sociedad en la que las instituciones como la escuela se sumen en una profunda crisis por su incapacidad de socializar. Lo individual -incluyendo la moral- separado totalmente de lo social, nos anuncia que el viejo paradigma social de modernización ha muerto.

Ante ello, asoman varios peligros. Especial insistencia pone Touraine en avisar de los peligros del nacionalismo. Frente al nacionalismo no ahorra palabras: “El nacionalismo es un proyecto puramente político que trata de inventar una nación al dar a un Estado poderes no controlados para hacer emerger una nación e incluso una sociedad ...

El nacionalismo está muy alejado de la modernidad , y es doblemente peligroso para la democracia. En primer lugar, porque funciona de arriba abajo, por tanto de manera opuesta a la democracia. En segundo lugar porque sustituye la complejidad de las relaciones sociales por la pura afirmación de una pertenencia que se define entonces menos por su contenido que por la naturaleza de sus adversarios”. Ante el nacionalismo y la falsa identidad que puede otorgar, Touraine reivindica el “sujeto” que se debe desarrollar en base a “derechos culturales”. En esta parte de la obra, será donde el filósofo francés cae en los tópicos más usados: reivindicación de las minorías, integración de inmigrantes, reconsideración de los "nuevos derechos sexuales".

Entre tanto topismo, alguna que otra intuición emerge. Por ejemplo el reconocimiento de que ciertos derechos culturales no pueden ser interpretados como un absoluto y que se les deben poner limitaciones. Por último, una intuición, aunque pésimamente argumentada, es la afirmación de que el futuro en la posmodernidad será femenino. Touraine afirma este futuro con toda complacencia, aunque no reflexiona en que esto será así por el hundimiento de la figura del “padre”.

Un nuevo paradigma. Para comprender el mundo de hoy
Alain TouraineTraducción: Agustín López Tobajas y María Tabuyo.Paidós,
Barcelona, 2005,
271 pp.


Alain Touraine
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Alain Touraine (Hermanville-sur-Mer, 3 de agosto de 1925) es un sociólogo francés. En 1950 se licenció en la École Normale Supérieure de París. Realizó estudios en las universidades de Columbia, Chicago y Harvard; y fue investigador del Consejo Nacional de Investigación Francés hasta 1958. En 1956 fundó el Centro de Estudios para la Sociología del Trabajo de la Universidad de Chile. En 1960 se convirtió en investigador «senior» de la École Pratique des Hautes Etudes (actualmente la prestigiosa École des Hautes Études en Sciences Sociales de París), donde fundó el Centro de Análisis y de Intervención Sociológicos (CADIS).
Es famoso por desarrollar el término sociedad post-industrial. Su trabajo se basa en la sociología de «acción» y cree que la sociedad forma su futuro a través de mecanismos estructurales y de sus propias luchas sociales.
Ha estado interesado a lo largo de su carrera en los movimientos sociales, estudiando y escribiendo sobre muchos, especialmente en Latinoamérica y Polonia (donde observó el nacimiento de Solidaridad, por lo que publicó Solidaridad: Análisis de un movimiento social (1983)). Durante su estancia en Polonia, desarrolló el método de investigación de «Intervención Sociológica», descrito en La voz y la mirada (La Voix et le Regard) 1981.
Alain Touraine es popular en Latinoamérica y Europa, aunque no en el mundo anglosajón. Apenas la mitad de sus veinte libros han sido traducidos al inglés. En el año 2004 recibe el Doctorado Honoris Causa en la Universidad de Valparaíso en Chile. En febrero de 2006 recibe el Doctorado Honoris Causa en la Universidad Nacional de San Martín y en diciembre de 2006 en la Universidad Nacional de Colombia, en el cierre del Congreso Nacional de Sociología. El 19 de junio de 2007 tiene lugar en la Universitat Oberta de Catalunya el acto de investidura de doctor honoris causa de Alain Tourain.[1] En mayo de 2008 obtuvo, asimismo, el doctorado honoris causa por parte de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima.[2]

Véase también ]
Desmodernización

Referencias YouTube - Alain Touraine - Discurs d'investidura 6/7
San Marcos al Día - Noticias UNMSM

ENTREVISTA CON ALAIN TOURAINE
Socidedad y Globalizacion
1002 - El imperio guerrero
Alain Touraine es sociólogo y director del Instituto de Estudios Superiores de París
Dos años después de la destrucción de las Torres Gemelas del World Trade Center y más de tres meses después de la destrucción del régimen de Sadam Husein en Irak -sin mencionar siquiera el derrocamiento de los talibán en Afganistán-, o el proceso de negociaciones entre israelíes y palestinos, ¿podemos evaluar lo que nos pareció ser un cambio en la política estadounidense, la transformación económica "global" en un imperio que se auto proclama encargado por Dios para hacer reinar el orden del bien en el mundo y destruir, en cualquier lugar del planeta, los regímenes "malvados", aquellos que apoyan e incluso organizan el terrorismo?
La primera observación es que los enemigos han desaparecido. Ilocalizable en Afganistán, invisible desde entonces, pero incapaz, al parecer, de lanzar nuevos atentados masivos contra los rincones más sensibles del mundo occidental, Bin Laden está ausente de la actualidad. Como también lo está Sadam Husein.
No se ha matado ni capturado a ninguno de los dos; se esconden y pueden reaparecer, pero resulta cada vez más imposible presentar la nueva política estadounidense como una respuesta a la amenaza que representan. Es incluso sorprendente que la opinión pública no haya reaccionado más violentamente ante las revelaciones que demuestran que Sadam no poseía armas de destrucción masiva, cuya amenaza enarboló el presidente Bush como justificación para una guerra preventiva.
Sólo el Parlamento británico ha reaccionado con fuerza ante los interrogantes planteados por la utilización flagrante de pruebas falsas en una decisión política; por su parte, los demócratas estadounidenses se han mantenido muy discretos
Si a esto se añade que los grandes textos que inspiran la política estadounidense fueron escritos antes del 11 de septiembre, se hace evidente que es Estados Unidos quien decidió de forma deliberada lanzar una política abiertamente agresiva a escala mundial, en un periodo en el que el poder militar soviético había desaparecido y China todavía estaba lejos de poder imponer su hegemonía. Hubo que crear un enemigo "global" que amenazara al conjunto del mundo occidental de una forma bastante clara para que España o Polonia, que no sufrían ninguna amenaza, aunque no más que Gran Bretaña, movilizasen tropas y garantizasen a EE UU su pleno apoyo, incluso en contra de los más antiguos miembros de la Unión Europea y, sobre todo, en contra de su propia opinión pública que, tanto en Gran Bretaña, España como en Italia, demostró oponerse de forma masiva a la guerra.
La UE no propuso ninguna solución al conflicto con Irak, tan sólo volver a reunirse en Naciones Unidas, lo que fue interpretado por el Gobierno estadounidense como una provocación del Gobierno francés que quería encabezar el antiamericanismo. Una interpretación carente de contenido concreto, mientras que la ruptura de la unidad europea debido al llamamiento de EE UU para obtener el apoyo de los países europeos se sitúa claramente dentro de la voluntad de destruir todo aquello que pudiera limitar el unilateralismo estadounidense. La nueva situación mundial no resulta de una nueva relación de fuerzas entre "grandes potencias"; fue creada de forma voluntaria y unilateral por EE UU, donde surgieron las formulaciones ideológicas más claras sobre la absoluta necesidad de colmar el vacío creado por el hundimiento de la Unión Soviética para impedir que se instalen un desorden y una violencia que podrían propagar el fuego al mundo entero
Una expresión que es fácil expresar con más claridad: para destruir todo aquello que puede limitar la hegemonía militar, política y, hay que añadir, religiosa de EE UU en el mundo. Aquello que llamamos islamismo está en declive. La sociedad iraní se transforma rápidamente; el nuevo rey de Marruecos combate a las tropas islamistas como lo hizo el presidente tunecino y el FIS (Frente Islámico de Salvación) no se ha apoderado de Argelia. Se admite la fragilidad de Pakistán, pero no le impidió apoyar a los estadounidenses en Afganistán. Y tanto los suicidios de los militantes de Al Qaeda como los de los nacionalistas palestinos son lo opuesto a una movilización masiva, a una nueva yihad (guerra santa). Estos "mártires", a la vez que "terroristas", demuestran su rechazo del mundo occidental al mismo tiempo materialista e imperialista y apelan a su fe -y ya no a un programa de imperio económico- para atacar y destruir la ocupación extranjera
Estados Unidos nunca ha estado en una posición defensiva, ni siquiera cuando buscaba a Bin Laden entre los talibán. Construye un orden mundial, elaborado por él y que sólo se justifica por estar al servicio de un Dios, de forma que EE UU se parece cada vez más a los regímenes sobre los cuales agita la amenaza
¿Qué interpretación puede darse a este comportamiento a la vez nuevo y extremo y que los mismos estadounidenses apenas se molestan en justificar, lo que ha provocado una apatía nunca conocida en la opinión pública de EE UU, cuya debilidad o silencio indica a las claras que EE UU se siente amenazado en alguna parte y por un enemigo que no puede ser Sadam Husein, pese a los mensajes destinados a convertirlo en un adversario a la altura del ejército estadounidense?
La respuesta a esta pregunta no es fácil: pero si no existe un verdadero adversario exterior, sí lo hay en el interior de la sociedad.
Y es aquí donde hay que volverse hacia los sociólogos o cineastas. EE UU está constantemente sumido en el juego de la violencia, incluso después de que el alcalde Giuliani luchara con mano muy firme contra la criminalidad y el tráfico de drogas en Nueva York. Al mirar Bowling for Colombine, mejor que al escuchar a Donald Rumsfeld, se comprende la fuerza que logra transformar al país que dominaba la economía mundial en un imperio que proclama en cada rincón del planeta la verdad suprema: God Bless America [Dios bendiga a América].
Esta hipótesis, que puede parecer demasiado limitada, por desgracia no lo es. ¿Acaso es casualidad que las cárceles estadounidenses y sus corredores de la muerte estén llenos y que el miedo y el desprecio hacia el lejano extranjero sean tan agudos?
¿Hay que llegar al punto de denunciar la debilidad o el vacío de la democracia estadounidense? Desde luego que no. Existen al menos tantas fuerzas que apoyan a la democracia estadounidense como fuerzas que la debilitan. Pero son aquellos que más admiran muchos aspectos de la sociedad estadounidense quienes deben ser los más tajantes al condenar a la élite política que se ha hecho con el poder, ocupado, es cierto, por un personaje débil y elegido de mala manera. En cuanto a los europeos, tan indecisos, tan abúlicos, ¿comprenderán algún día que deben oponerse claramente a la cruzada estadounidense, crear una relación muy distinta con los países islámicos e imponer la vuelta al multilateralismo tras este episodio guerrero de la política estadounidense que podría acabar como la expedición de Napoleón en Rusia?
0903 - Indicadores para el diálogo intercultural
Como cuestión previa, querría definir un poco más los términos del tema, porque se habla de cultura, de minorías, etc. y me parece importante evitar algunos malentendidos. Primero, y eso es un punto de partida muy común, todos sabemos que los problemas se transforman o se vuelven más agudos a partir del momento en el cual existe más o existe menos el cuadro del Estado Nación como sitio en el cual las realidades políticas, económicas, sociales y militares se unen. No digo que desaparecen los Estados-Nación, porque no es cierto. Creo que, en muchos casos, se crean de nuevos y, a la vez, es obvio que entre los ya existentes, como Japón o Estados Unidos, no van a renunciar a ser Estados Nación.
Pero en el caso europeo la situación es más compleja y todos observamos un tipo de redistribución o de fragmentación del mundo cultural en muchas partes distintas, y por eso no creo que sea posible hablar, globalmente, de las minorías. No pretendo dar una lista completa, pero voy a indicar algunos tipos de "subculturas" que se ven, actúan, ejercen y tienen más y más influencia dentro de los Estados Nación. Primero, es evidente que Europa es una realidad. Antes de seguir hay que contestar la pregunta ¿Estamos pasando de un Estado Nación, o de una Cultura Nacional, al nivel superior, que es el nivel europeo? Creo que Europa ya es un Estado, por la importancia de la administración central, por la intervención masiva en la agricultura, etc., porque tal vez vamos a tener una política de defensa. Europa ya tiene muchos de los aspectos de un Estado.
¿Significa eso que este Estado es un Estado Nación? No creo que en la población europea haya, realmente un gran número de gente que crea en una cultura europea. Diría que la multiplicidad de los idiomas, la diversidad de las zonas religiosas, la eclosión entre partes ricas y partes pobres, la diferencia, muy importante, entre los países que tuvieron, desde hace muchos años, una historia de estados nacionales -como Gran Bretaña y Francia- y los países que se desarrollan a través de otra forma, por ejemplo, la ciudad, que es el caso italiano, que es el caso holandés, que es en gran parte el caso alemán, sin mencionar el caso español, porque el caso español es más la historia de un imperio multinacional y multicultural, que la de un Estado nacional. Si contemplamos también, la ampliación de la Unión Europea, ahora en curso, la idea de que aparezca una cultura europea me parece muy poco probable. Lo que me parece fundamental es reconocer que los elementos que estaban vinculados, unos a otros, en el ámbito de Estado nacional, ahora se van separando, y ése es, a mi parecer, el punto de partida.

Las culturas de Europa
Partiendo del nivel europeo, voy a indicar lo que estamos observando. Primero, existe una cultura popular de masas que es en su 90-95% americana. Hollywood es la segunda industria exportadora norteamericana y anda en camino de ser la primera. Todos vivimos en una cultura "norteamericana" de la que participamos voluntariamente. Hay muchas cosas norteamericanas que nos gustan y son bonitas, como las hay en España, en Catalunya o en Francia, de ahí que la expresión dominación sea del todo imprecisa. Además, nos llegan otras expresiones desde fuera y que nos gustan, como la "salsa" y otros ritmos, etc.
Otra subcultura casi tan importante, pero mucho menos organizada, es la que podemos llamar cultura femenina, es decir, que existen ahora en todos nuestros países, no solamente grupos feministas, sino corrientes femeninas, o sea, que hay temas femeninos que entran en la cultura general y van más allá de los límites del Estado Nación. Todos reconocemos una serie de valores, de orientaciones y de necesidades respecto a la representación de la mujer, la igualdad de acceso al trabajo, etc. Se trata de un universo que no es mundial, pero que tampoco es puramente occidental, ni puramente europeo.
Está, también, el tema de las minorías. Por minoría entiendo un grupo que defiende intereses, opiniones y valores específicos dentro de un mundo más amplio. En cierta manera, una minoría puede ser llamada así cuando la minoría reconoce que existe una mayoría. Tomemos un caso muy visible en nuestra época, el homosexual -gays o lesbianas-, que son, claramente, una cultura de minoría, que durante un período fue una cultura bastante cerrada, para defenderse, y que ahora está mucho más abierta y establece contactos reales con los heterosexuales, y viceversa.
Un cuarto tipo, es la cultura comunitaria. Si nos limitamos a una definición solamente religiosa o étnica, es incompleta. El tema es más complicado. En algunos casos, el aspecto de integración es fuerte. En otros no. Por ejemplo, conozco a algunos dirigentes judíos que unas veces dicen: "Soy un francés judío"; otras veces: "Soy un judío francés"; y, en otras ocasiones: "Soy un judío en Francia". Evidentemente, las tres expresiones no son, en absoluto, sinónimas.
Quisiera añadir otros dos casos. Uno es el mantenimiento de culturas locales neotradicionalistas. Creo que cada vez tiene menos peso e importancia, porque las minorías étnicas utilizan más y más técnicas modernas, aquí no sucede como en algunos grupos religiosos de los Estados Unidos, que viven fuera de la tecnología moderna.
El segundo caso es algo que estos últimos años hemos descubierto y estamos descubriendo cada día más. Es un terreno, una área cultural, a la que me permito denominar el sexo desocializado, realmente mucho más importante de lo que pueden pensar. Los estudios realizados en colegios, con alumnos de 14, 15 y 16 años, indican que dos tercios de esos jóvenes ya habían visto películas o videos pornográficos.
Para acabar, una categoría que no he expuesto en esta lista. Y la palabra que voy a emplear es "gueto". En el momento actual, hablando de manera un poco ingenua, en Europa no hay guetos. La noción de gueto es una opción, aparte de su tradición histórica, es una opción norteamericana. En los Estados Unidos los hay. Son territorios en los cuales es difícil que pueda entrar la gente que no pertenece a un grupo de color. Pero, y más importante aún, del cual es difícil o casi imposible salir. Eso se muestra dentro de los barrios urbanos viejos. Mucha gente conoce el caso de Estados Unidos, o digamos Nueva York con Little Italy, por ejemplo, pero también hay guetos en Chicago, con un barrio alemán desde hace 150 años, etc. Es decir, que la existencia de guetos es real, y estudios sociológicos han demostrado una acción voluntaria de los dirigentes para impedir que los jóvenes más brillantes vayan a la universidad, porque quieren que se queden para ser líderes del gueto.
En Europa es distinto. En general, hay muchísima menos pobreza en el centro, y, en cambio, hay pobreza en las periferias, pero es imposible, por ejemplo en Francia, hablar de gueto, porque no hay nunca una homogeneidad suficiente. Hay árabes, chinos, negros africanos, etc., pero no son gueto. Hay que evitar la referencia, en el caso europeo, a la expresión gueto.

Los actores principales
A partir de lo expuesto, dos o tres cosas sobre lo que hacen los actores. Comenzaré refiriéndome a los medios de comunicación. Iré al grano. Lo que caracteriza a los medios de comunicación es que van a los dos extremos de lo que he expuesto: la cultura de masas y la diferencia local. También muestran gran interés por lo que llamé sexo desocializado. La característica general es que desocializan los mensajes lo más posible. Para que la emoción vinculada a un accidente o a una catástrofe se difunda, se eliminan los aspectos locales específicos, y se muestra únicamente a una madre que llora a su niño muerto, por poner un ejemplo. Y no solamente sucede en los media, también incluye a una parte de la literatura, de la poesía o del teatro.
Un gran tema recurrente en los sociólogos es la idea de que los media determinan los comportamientos. Creo que es, sencillamente, una idea falsa. La relación es mucho más limitada. Igual que la idea de que la televisión moldea al público, ya que también el público moldea a la televisión. Éste es un aspecto que me parece muy importante, especialmente con relación al Estado cuando participa en la cultura de masas, hace exactamente lo contrario, es decir, el Estado interviene poco en la cultura de masas. Debería intervenir poco, pues debe respetar a las minorías. En cambio sí debe intervenir a través de las leyes y del comportamiento de la administración pública, en referencia a los movimientos minoritarios y a los movimientos comunitarios.
Finalmente, en terreno de agente y no de categoría, existe un tercer elemento, un tercer actor, del cual hablamos todos, en el cual participamos muchos de nosotros, que es el actor asociacionista, las Organizaciones No Gubernamentales, o lo que muchas veces se llama la sociedad civil o sociedad activa, en sentido nuevo. La sociedad civil, básicamente, es un instrumento de acción política para defender temas culturales, de grupo, problemas sociales, etc.
Hemos distinguido, sucintamente, siete tipos de problemas y tres grandes tipos de actores. Ya podemos tener una visión un poco más refinada, un poco más cercana a la realidad.

Identidad y ciudadanía
Ahora vienen los problemas concretos en Europa, que representa, en el ámbito mundial, la fórmula más compleja de todo lo que he dicho. Es decir, seis, siete tipos de minorías, y tres, cuatro tipos de agentes. Si las cruzamos e introducimos variables aparecerán 30, 40 o 50 formas de acción y de sectores de intervención pública y privada. Éste es un dato muy importante. Estamos en Europa, pero en la Europa Occidental y, por tanto, en una situación favorable. No obstante hay un montón de problemas que vamos a mencionar, la Europa Occidental no es una región sin problemas culturales, o sin problemas nacionales, desde Escocia hasta Córcega, pasando por el País Vasco o por Catalunya, etc. De tal manera que nosotros, cuando nos piden nuestra opinión, la respuesta que podemos dar no puede limitarse al "yo estoy a favor del respeto a la minoría o de la integración de la minoría dentro de la mayoría". Dentro de poco tengo que ir a Amsterdam y quieren que hable sobre el modelo holandés y el modelo francés, que es un modelo totalmente estatal.
El tema que tenemos ante nosotros, y que no es fácil de resolver, es la vinculación de un mundo estatal concentrado en el ámbito europeo con procesos políticos de nivel regional o nacional, que tienen parlamentos, prensa, identidad cultural, etc. Esta vinculación puede realizarse, básicamente, de dos maneras posibles. La primera es la autonomización máxima de los distintos tipos de problemas: autonomización de los problemas culturales, políticos, económicos o estatales, que ahora están localizados en el ámbito europeo.
La otra solución que observamos es insistir en la necesidad de un elemento de integración, o sea, de otro nivel diferente de cada uno de estos niveles, que represente un elemento importante. No me refiero, en absoluto, a una reconstrucción de un conjunto integrado de tipo soviético, chino o japonés, sino a una referencia que sea importante, no dominante, pero sí influyente a todos los niveles. Voy a expresarme de manera más clara tomando el caso francés. En Francia existe una noción que, de hecho, no existe en la mayoría de países europeos, que es la laicidad, la separación completa del Estado respecto a una organización cultural muy poderosa que es la Iglesia Católica, y también respecto a otras Iglesias.
Existe, a la vez, un concepto de ciudadanía relativamente abierto. Si comparo Francia con Alemania, para tomar un ejemplo muy conocido, veo que en Alemania, hasta una fecha muy reciente, el turco hijo de turco no podía ser alemán de derecho, no podía recibir la nacionalidad. En Francia, hay más gente que recibe la nacionalidad cada año que nuevos inmigrados. Es decir que, el caso francés, que puede representar en su aspecto más negativo, más caricaturesco, una visión "chauvinista" -la excepción francesa en todo, defender la bandera, etc.-, visto desde la vertiente citada, es avanzado.
Un caso extremo para tomar, y muy importante por tener mucho peso en Europa, es el caso holandés, que ya mencioné. Holanda y los Países Bajos, no fueron nunca un Estado Nación.
El papel de Amsterdam fue fundamental en la modernización de Europa, pero es una sociedad, y es una ciudad, que se opuso al imperio multinacional y multicultural austro-español o español-austríaco. Lo que se observa claramente es la fuerza de la autonomía de los grupos culturales, por ejemplo y para citar la cosa de la cual los holandeses están más orgullosos, es el país del cannabis, y hay también desde hace mucho tiempo una gran autonomía de la cultura homosexual y hay, aunque más en Inglaterra, una sociedad comunitaria. En Inglaterra, la organización comunitaria es muy fuerte. Yo, por poner un ejemplo como investigador, quería hacer una investigación comparada entre Francia e Inglaterra sobre un grupo extranjero. En Francia lo hago, en Inglaterra no. Allí tengo que concertar, para estudiar a unos pakistaníes, con un investigador pakistaní. Como ven, no se trata de que un grupo de países son muy centralizadores y otros muy descentralizadores.
Creo que, en el ámbito sociológico, sin buscar la solución perfecta y empleando palabras muy comunes, no hay solución seria que no se base en un reconocimiento de las minorías por parte de la mayoría, y en un reconocimiento de la mayoría por parte de las minorías. Es decir, que me parece difícil que un grupo de gente, de marroquíes, o no importa de donde, llegue a España, llegue a Italia, llegue a Francia, sin darse cuenta que llega a países que tienen una historia, que tuvieron una religión dominante, etc.
Me parece difícil aceptar que un niño que va a una escuela en Francia, Italia, etc., no sepa nada de la cultura nacional o de la cultura cristiana o de la cultura de la antigüedad, porque todos los textos, todos los museos, todas las formas culturales elaboradas están llenas de referencias, de la misma manera que es difícil entender muchas cosas en Marruecos, o en Egipto, si uno no se da cuenta de que se vive en una cultura islámica, no islamista, y que esa es la cultura mayoritaria. ¿Cómo combinar ambas cosas? Siendo prudente diría que, para mí, sería una conclusión suficiente decir que cada uno de nuestros países, cada uno de nuestros grupos mayoritarios, estaría muy bien que reconociera a la vez sus deberes y sus derechos.
Es por ello que nunca empleo la palabra multiculturalismo que puede ser la cosa más negativa del mundo, del tipo utu-tutsi, a pesar de que los utu y los tutsi son el mismo grupo humano. Prefiero el término "comunicación intercultural", pues creo que hay una razón muy fundamental para buscar una solución así y es que todos o casi todos, incluso en partes del mundo pobres o aisladas, participamos de muchas y distintas maneras en una economía más o menos internacionalizada, o, como suele decirse, globalizada a partir de tecnologías de producción, tecnologías de consumo, formas de cultura de masas, etc. y, a la vez, cada uno de nosotros, desde un millonario norteamericano a un pobre campesino del altiplano peruano, todos tenemos -no diré raíces culturales- un proyecto cultural que tiene raíces, que tiene creación, que tiene imaginación, o que tiene, digámoslo así, reinterpretación de lo antiguo, para utilizar la expresión del antropólogo. El reconocimiento mutuo es el reconocimiento de cada uno y de cada una, individuos o grupos a combinar siempre y de una manera singular y específica, esta participación en un sistema internacional concreto y el derecho a realizar esta combinación con un discurso del pasado y con un discurso cultural específico.
Vuelvo a la lógica general de lo que dije. Tenemos una fragmentación de los grupos culturales mayoritarios y minoritarios, y también tenemos instituciones, Estados, asociaciones, medios de comunicación..., que son fuerzas de integración. Y todos tenemos el mismo derecho a combinar la especificidad, la singularidad de nuestra experiencia cultural con la participación del mundo de la razón instrumental, para hablar como Marx y Engels. Eso es, a mi parecer, no la comunicación, más bien el reconocimiento, no solamente del otro, sino del otro como a la vez semejante y diferente, semejante, porque todos tenemos que incorporarnos a la misma economía mundial, y diferente, por su idiosincrasia específica.
Quisiera terminar con un tema del que hablé brevemente al comienzo y que es, en mi opinión, el tema central. Lo que se hace en este terreno, necesariamente tiene una influencia decisiva en los demás ámbitos. Me refiero a las relaciones hombres-mujeres. ¿Ustedes recuerdan que durante los últimos decenios no tuvimos un movimiento de mujeres, sino dos?. El movimiento en pro de la igualdad, tipo Simone de Beauvoir, y el movimiento por la singularidad, la autonomía, la diferencia, como sostuvieron las dirigentes más radicales de la época, como Kate Millett. Los dos movimientos consiguieron algo a nivel legalidad, pero desaparecieron después de haber cumplido sus objetivos.
Si ustedes preguntan: ¿las mujeres y los hombres son diferentes o son iguales?. O, si son diferentes, ¿pueden ser iguales?. Los más grandes antropólogos del mundo dicen que si hay diferencia no hay igualdad posible. Jean-Pierre Digard me dijo una vez: "usted está tratando de cuadrar el círculo".
Ahora no hay nadie que diga eso, porque los estudios sociológicos sobre la mujer dicen que a la pregunta: "¿usted quiere ser igual o diferente?", responden: "quiero ser las dos cosas". Y ha sido a través de esa conciencia de las mujeres, que se ha creado una solución de combinación obvia: reconocimiento de la diferencia e igualdad de acceso al mundo económico, profesional, etc. Es por eso que mencioné lo de la cultura femenina. Todos los esfuerzos de combinación entre minoría y mayoría; lo que hay de común y lo que hay de diferente, todo eso debe ser entendido a la luz de lo que ya existe, de lo que ya se ha realizado para rediseñar las relaciones entre mujeres y hombres en el mismo mundo, en el mismo país, en el mismo ambiente social.
La idea de unidad social en un país homogéneo es la peor, la más peligrosa orientación que se puede tomar. Es el totalitarismo más horroroso: el de la limpieza étnica en Bosnia, los Grandes Lagos, Sudán y tantos países. No perdamos nuestro tiempo: eso es horroroso, debe ser combatido, y punto.
Pero tampoco en el momento actual podemos aceptar la idea de que hay gente que se identifica con valores universalistas, y gente que se identifica con valores particularistas y que, por supuesto, nosotros los europeos somos los universalistas mientras que los indios brasileños o nigerianos son gente encerrada dentro de un mundo particular. Estas dos posiciones no hay que discutirlas, son inaceptables, pues nos llevan en la realidad a cosas tan horrorosas como la eliminación del grupo o el racismo, donde todo cabe solamente en un lado. No hay un modelo extremo de un tipo u otro.
Intenté indicar a un nivel ya algo concreto, dos tipos de manera de organizar y estructurar un sistema que tiene una multiplicidad de orientaciones. No veo razón alguna por la cual todos tengamos que ser holandeses, escoceses o polacos. Y aquí termino. Simplemente pido que, primero, se rechace, ante todo, todas las formas de búsqueda de homogeneidad. Segundo, que se reconozca la pluralidad de las formas de cultura minoritaria. Tercero, que todo el mundo acepte la idea de que hay que combinar, de una manera u otra, la participación en un mundo internacionalizado prácticamente económico y tecnológico con la renovación o la creación de proyectos culturales específicos. Y finalmente, y es el punto más concreto, pero que ya supone haber resuelto los grandes problemas, creo que es muy probable que se mantenga una cierta dualidad de modelos entre los países, sean Estados Nación, grupos culturales o regiones, etc.
Unos insistirán en la necesidad de mantener una definición de la ciudadanía como vínculo social sin contenido cultural, tipo revolución francesa o revolución americana. Otros, se inclinarán por el modelo que da mucha menos importancia al Estado, incluso en su forma más democrática, y que se define básicamente por la limitación del Estado y por la autonomía de las comunidades.
Para hablar según el viejo vocabulario del siglo XVIII, hay una tendencia a John Locke y una tendencia a Jean-Jacques Rousseau, pero ambas se encontraban en la Constitución americana y en la Declaración francesa. Cuando se llega a este punto, el debate se hace bastante civilizado. Creo, no obstante, que los grandes peligros ya quedan algo lejos, actualmente ya no existe el peligro de un totalitarismo cultural, que es tan duro e insoportable como las demás formas de totalitarismo

TRIBUNA: ALAIN TOURAINE
¿El fin de las guerras en el Mediterráneo?
ALAIN TOURAINE 03/08/2008

EL PAIS-ESPAÑA
Somos muchos los convencidos de que la creación de un Estado palestino independiente que reconociese a Israel sería clave para resolver muchos de los conflictos entre los países ribereños del Mediterráneo. Por eso es positivo que este asunto estuviera muy presente en la reciente reunión organizada en París por Nicolas Sarkozy de casi todos los jefes de Estado y de Gobierno de los países mediterráneos y de la Unión Europea. Como también fue positiva la presencia de Turquía en esa cumbre, celebrada en la víspera del 14 de julio, y ello pese a todas las conocidas reticencias de Sarkozy sobre el ingreso futuro de ese país en la Unión Europea.

Sin un Estado palestino independiente es imposible una verdadera seguridad en el Mediterráneo
Sin embargo, es posible ir más allá. Hace varios años que palestinos e israelíes parecen estar a punto de encontrar una solución al conflicto, pero sus intentos fracasan una y otra vez, y, sin duda, el actual debilitamiento de la Autoridad Palestina y la fuerza electoral de Hamás complican aún más la situación.
De modo que, sin llegar a pensar en sustituir a Estados Unidos en la búsqueda de una solución al conflicto israelo-palestino, la Unión Europea puede y debe hacer más en este asunto. Europa se ha visto reducida en el curso de los últimos años a una impotencia difícilmente compatible con el activo papel que ha desempeñado en la aportación de recursos financieros a la zona, en particular para paliar los sufrimientos de los palestinos. Por esta última y por otras razones, creo que Europa podría llegar a ser un garante colectivo de la formación de un Estado palestino independiente.
En el momento actual, la hegemonía y la influencia de Estados Unidos están, como consecuencia de la guerra de Irak, en claro retroceso en Oriente Próximo, lo que dificulta cualquier nuevo acuerdo entre Israel y los palestinos. Y por otro lado, cada día es más difícil saber lo que designa la palabra "palestinos". ¿Hamás o la Autoridad Palestina?
Si es cierto que no resulta fácil imaginar qué podría empujar a los palestinos a unirse para defender una solución precisa y viable, no lo es menos que la intervención del conjunto de los países mediterráneos podría cambiar las cosas. Puede que ésta fuera la idea de varios de los participantes en la cumbre de París, entre ellos Nicolas Sarkozy y Hosni Mubarak. Y de ser así podría producirse una situación completamente nueva, en la que, mientras un Estados Unidos en plena transición presidencial se ocupa de elaborar su nueva política, se alcanzase un principio de acuerdo que reflejase lo que han venido anunciando diferentes interlocutores. Ese acuerdo podría dibujar dos etapas correspondientes a una duración de seis meses y otra de dos años a partir de hoy.
Si es evidente que las partes implicadas no pueden ponerse de acuerdo, si también lo es que Estados Unidos ya no tiene capacidad para imponer o promover una solución, ¿no le corresponde ahora no tanto a Europa como a un conjunto más amplio -formado por países miembros de la Unión Europea y por otros países mediterráneos- servir de garantía y apoyo a unas negociaciones cada vez más indispensables, en particular para los palestinos, divididos, hambrientos y sometidos a la presión siempre creciente de Israel?
Al menos, tenemos derecho a formular esta hipótesis. Y en este sentido, es a todas luces necesario incluir a Siria en una negociación de conjunto, aunque las opiniones sobre el dictador sirio sean muy negativas en todos los países.
Por otra parte, las señales que nos han llegado en los últimos tiempos sobre la posibilidad de que Estados Unidos cambie su política respecto a Irán pueden anunciar el comienzo de la solución de uno de los aspectos más peligrosos de la situación en Oriente Próximo. Dados los vínculos de Hamás y Hezbolá con Irán, un preacuerdo entre Washington y Teherán podría favorecer de modo decisivo la formación de un amplio grupo de apoyo a todos los intentos de acuerdo y de paz, es decir, los intentos que aspiran a la construcción de un Estado nacional palestino.
Si estas hipótesis fuesen confirmadas durante los próximos meses, habría que reconocer el éxito de la iniciativa impulsada por Nicolas Sarkozy, y cuyo primer logro, la realidad del encuentro en París entre países europeos y mediterráneos, ha demostrado que se pueden hacer más cosas de las que se pensaban.
En todo caso, es difícil negar que en un momento en el que hasta los más optimistas se desanimaban y en el que ya nadie osaba imaginar una solución al problema del que dependen todos los demás, el de las relaciones entre Israel y los palestinos, la situación ha vuelto a evolucionar.
Alain Touraine es sociólogo y director del Instituto de Estudios Superiores de París. Traducción: José Luis Sánchez-Silva.

martes, 17 de febrero de 2009

Centro político


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Para otros usos de este término, véase centro.
Para otros usos de este término, véase centrismo.
Centro en ciencia política es el conjunto de partidos, políticas e ideologías que se caracteriza por considerarse a sí misma intermedias, en el espectro político, a posiciones tanto de derecha como de izquierda política.[1] Es conveniente no confundir el centrismo con el reformismo. Mientras el centrismo valora las posiciones consensuales como un fin en si mismas -las políticas del "justo medio"[2] - el reformismo mantiene objetivos de largo plazo para las cuales tales posiciones serian solo un momento en un proceso progresista de avance moderado o paulatino. En la practica política contemporánea, el centrismo propone y defiende políticas de economía mixta y de profundización de la democracia.;[3] [4] y[5]
A menudo se ha alegado que muchos partidos políticos o políticos individuales mismos están adoptando posiciones centristas, de tal manera que, de hecho, en la actualidad, en algunos países occidentales, se ha llegado al punto que las diferencias entre los principales partidos anteriormente vistos como derechas y de izquierda son pequeñas, defendiendo ambos el mercado y la democracia representativa, con distintos matices de regulación y proyectos de profundización. Esto, se alega, se podría deber ya sea a la supuesta carencia de posiciones definidas del centrismo (lo que lo llevaría a moverse en la medida que las otras posiciones se mueven[6] ) o quizás debido a oportunismo político[7] y[8] Otros, ven la causa de tal "progreso" al centro en la supuesta "derrota" de posiciones que parecen considerar opuestas[9]
Sin embargo no todos aceptan que tal convergencia sea real. Tanto desde partidos situados en lo que se considera la izquierda, especialmente los de Izquierda revolucionaria, se señala a todo el espectro formado por el centro político como una ideología de derechas. Igualmente, desde posiciones que se consideran de derecha, especialmente los de derecha conservadora, se la considera como ideológicamente de izquierda. Citando a Margaret Thatcher se puede decir que ""Estar en medio de la carretera es muy peligroso; te atropella el tráfico de ambos sentidos". Para otros movimientos el que exista algo que se declare de "centro" es limitar las alternativas políticas solo a una "línea" desde la izquierda y la derecha y cerrar el camino a la diversidad de alternativas planteadas en las ciencias sociales y políticas. (ver, por ejemplo: Espectro político)
Contenido[ocultar]
1 Fundamentos del centrismo
2 Centro político y partidos
3 Critica y retórica centrista y centro político
4 Centro-derecha
4.1 Características
4.2 Diferencias con otras posiciones políticas
5 Centro izquierda
6 Características
7 Referencias
8 Véase también
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Fundamentos del centrismo [editar]

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El termino ha tenido tradicionalmente -no del todo correctamente- una connotación de ser una posición vaga, careciendo de principios[10] o fundamentos filosóficos y basándose, a lo más, en una aspiración - a menudo percibida como utópica o pusilámica[11] y[12] - de encontrar acuerdos basándose en la esperanza (racional o no) de la "buena fe" kantiana[13] o la virtud que se supone es inherente en el justo medio aristotelico.
Desde este punto de vista se percibe comúnmente al centrismo como una posición política propia de la democracia representativa que se caracteriza por ser una ideología que carece de concepciones dogmáticas[14] [15] de los individuos; sociedad y orden político;[16] basandoses en ideas que se rastrean a Aristóteles (el hombre es un animal político[17] ) y Kant (la característica del hombre es la facultad de juzgar[18] ) buscando establecer así un orden político social basado en la persecución de las políticas del consenso.[19] y el diálogo racional,[20] practicas que, se aduce, paulatinamente mejoraran las características éticas de los individuos y, a través de ello, la sociedad[21] lo que puede llevar a posiciones que a veces parece ser posible denunciar como elitistas. Así, por ejemplo, Eugenio Trías argumenta:
'Ese centro debe recuperar sentido, pulso, auctoritas. En él se halla lo mejor en ética, en política, en economía. Si Aristóteles resucitase se haría cruces de lo escasamente que se le entiende en ética y en política (a través de su idea genial del justo medio). Desde posiciones asilvestradas, cercanas al extremismo más atroz, se posee una especie de fóbica aversión a cualquier giro hacia el centro..[22]
Esa situación está empezando a cambiar a través del trabajo de varios pensadores norteamericanos basados en la Filosofía analítica, tales como Linda Trinkaus Zagzebski; Alvin Goldman, Alvin Plantinga, y Ernest Sosa, que buscan resolver lo que ven como expresiones de dilemas falsos, a través del encuentro del tercero excluido. (como introducción a esta percepción, ver Rizoma (filosofía)).[23] Esto ha dado origen a posiciones que se definen como de "centro radical", basadas en la percepción que la afirmación simultanea de los principios de los extremos políticos no solo no es contradictoria, basada en una esperanza utópica, sino que es un acto valido de "Virtud epistémica" que permite la superación de aparente dicotomías tales como , por ejemplo, "o socialismo o capitalismo".[24]
Así, por ejemplo, un centrista podría afirmar que tanto la cooperación del socialismo como la competición del capitalismo son necesarias para el Desarrollo económico, a fin de producir una solución "que aliente al capital y a las fuerzas sociales a producir en armonía las riquezas para vencer la miseria y pobreza que agobia a la Nación.[25]
Congruentes con esa visión hay una variedad de estudios que exploran la contribución que una aproximación que enfatice el uso combinado de ambos principios podría hacer a fin de obtener ese progreso. El caso más general se puede ver en el documento de Maria Bengtssona and Walter W. Powellb[26] Entre los estudios relevantes al desarrollo en general se pueden mencionar aquellos que buscan delucidar como implementar elementos de competencia en acuerdos comerciales, ya sea generales[27] o específicos a algún area de interés, por ejemplo, estudios cientificos[28] energia[29] nuevas tecnologías.[30] De posible interés para los interesados en proyectos de movilización o acción social podrían ser los estudios que se refieren a las cooperativas[31]
En la practica política esto ha dado lugar a la aparición de una constelación no formal de grupos y partidos que generalmente tienen como programa los siguientes principios o aspiraciones:
Maximizar la libertad de acción de los ciudadanos, trasferiéndoles poder a fin que desarrollen su potencial humano.
Promoción de la participación ciudadana en el proceso político.
Preferencia por propuestas y acciones concretas, a diferencia de programas o promesas de largo plazo.
Valorización de las virtudes epistémicas, civiles y profesionales
Extensión y fortalecimiento de comunidades basadas en relaciones recíprocas que produzcan valor mutuo
Creación de carácter ético en los individuos a través de la promoción de decisiones conscientes.
Basarse en el sentido común y valores tradicionales, especialmente los intangibles (ver Patrimonio cultural).

Centro político y partidos [editar]

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Los partidos puros de centro son más propios de monarquías parlamentarias, con parlamentos proporcionales, puesto que el bipartidismo favorece la polarización en partidos de derecha (democristianos o conservadores) e izquierda (socialdemócratas o laboristas).
En la práctica, se considera que los gobiernos aplican generalmente un programa cercano al centro político, con matices de centro-izquierda o centro-derecha, por ser éste el punto en el que se sitúa la mayoría de la sociedad, incluyendo a aquellos que no suelen participar activamente en política.
En el terreno económico, un programa de centro combina la libre empresa con el intervencionismo selectivo del Estado en áreas como la educación o la sanidad, sin reducir ni aumentar el Estado de bienestar.
En el terreno diplomático, los partidos de centro son europeístas, mientras que los extremos son opuestos al avance de la Unión Europea (aunque basándose en criterios radicalmente diferentes en la mayoría de los casos).
En aspectos militares, son partidarios de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, sin que esto implique que sean militaristas.
Los partidos de centro suelen alinearse con la mayoría de la población en aspectos controvertidos como el aborto, matrimonio homosexual o eutanasia.
Entre los partidos más representativos del centro se encuentran la UDF francesa (fundando ahora el Movimiento Demócrata), el FDP alemán, los liberaldemócratas ingleses y ciertos partidos italianos, coaligados en La Margarita (los cuales, ahora pasan a formar parte del Partido Demócrata, junto con los socialdemócratas).
En España, desde la desaparición del Parlamento del Centro Democrático y Social (CDS) y del Partido Reformista Democrático no existe un partido de centro de carácter nacional con representación parlamentaria, aunque hay partidos de reciente creación que se disputan este espacio como Unión Progreso y Democracia (con representación en el Congreso de los Diputados) y Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía desde el centro-izquierda y el Centro Democrático Liberal desde el centro liberal .Como centro, centro y referente del centrismo a secas en españa, Nuevo Centro (nCe).

Critica y retórica centrista y centro político [editar]
Artículo principal: Retórica centrista
Como se ha sugerido más arriba, se han hecho una variedad de críticas al centrismo. Como veremos, algunas de estas se pueden considerar fácilmente como inválidas, ya sea basadas en concepciones erróneas de lo que el término o incluso el quehacer político implica, otras representando concepciones diferentes de lo que política es o debe ser.
Por ejemplo, el centrismo es a menudo criticado por carecer de principios y/o basar sus posiciones en las de otros. Esto lleva a la sugerencia que las posiciones centristas son mutables. ("La tercera opción, el centrismo, no es ideológica. No parte de una concepción del hombre y del Estado, como el liberalismo o el socialismo. El centrismo es en sí mismo situacional, puesto que se define en función de la posición ideológica de otros. Puede defender una cosa o la contraria, según la oportunidad.) Sin embargo un centrista podría fácilmente retrocar que si el centrismo cambia en relación a los cambios de otras posiciones, en realidad todos están cambiando. ¿Por qué seria entonces tal situación solo criticable en los centristas?

Centro-derecha [editar]
Artículo principal: centroderecha
El termino "centroderecha" o "derecha moderada" es bastante confuso, habiéndose usado en varios sentidos. Aquí se entenderá como refiriéndose a a las personas u organizaciones que comparten ideologías tanto de derecha como mas centristas o un intermedio entre ambas. Este sector generalmente percibe el rol del estado no solo como garante del orden sino también como garante de última instancia en materias de bienestar social (ver, por ejemplo, Escuela de Friburgo) Al mismo tiempo partidarios de este punto de vista enfatizan las cualidades éticas que los individuos deben poseer a fin de participar plena y fructuosamente en la vida económica, política y social de una nación, por ejemplo, responsabilidad tanto personal como social.[32]
Esta versión de centroderecha parece trazar sus raíces a dos visiones disimilares -aunque posiblemente busquen expresar una visión común:
A) "un partido moderno de centro-derecha, reformista y liberal, ... responde siempre al mismo prototipo: rigor en los principios, flexibilidad en las estrategias y eficacia en la gestión.... centro-liberal y reiteró la vocación de su partido en defensa de la sociedad abierta, así como el compromiso inequívoco de los populares con la Constitución y la soberanía nacional que en ella se proclama.[33] o "España precisa un centro-derecha moderno; un Partido Popular centrado, moderado, libre de complejos del pasado; abierto a la modernización real de la sociedad española, que él ha contribuido a consolidar, y sin miedos ni perversiones mayores que las lógicas en la confrontación política parlamentaria. Un Partido Popular que valore, sobre todo, su profundo sentido del Estado; es decir, que no colabore en estrategia alguna, y mucho menos la impulse, que busque, consciente o inconscientemente, ganar el Gobierno aun pagando el impagable precio de desprestigiar siquiera subrepticiamente la excelencia del sistema institucional de la democracia española."[34]
B) "En la centroderecha, dirigentes como el saliente Vicente Fox en México, Elías Antonio Saca en El Salvador y Álvaro Uribe en Colombia entienden que la economía de mercado y el Estado de Derecho son los cimientos de la prosperidad. Dejando de lado a Uribe, concentrado en la guerra contra las narcoguerrillas, los líderes de la centroderecha han escogido preservar el status quo antes que reformarlo. Han mantenido una disciplina monetaria e intentado seducir a inversores extranjeros. Pero han hecho poco para transformar las instituciones fundamentales de sus países, incluido el poder judicial, o de incorporar a la masas a la economía global.[35]
Lo anterior ha dado origen a sugerencias que la centro derecha posee muchos aspectos o matices ( "La nueva centroderecha se presenta de muchas maneras en el mundo. Desde el primario y brutal Pervez Musharraf hasta el mediático y leve Nicolás Sarkozy, pasando por el fríamente numérico Silvio Berlusconi. Todos forman parte de una misma ideología, pero muestran matices marcados.[36] ) o que comprende amplios y diversos sectores: "El Parlamento Europeo 2004-2009 se hallará dominado por el centro-derecha, representado por el Partido Popular Europeo (Demócrata Cristiano) - Demócratas Europeos (EPP-ED), con unos 285 escaños de los 732 existentes, y por el Partido Europeo de los Demócratas, Liberales y Reformistas (ELDR), que obtendría unos 73 escaños."[37]

Características [editar]
En la actualidad la centroderecha en los países desarrollados se distingue por tener posiciones tales como:
Defensa de la economía mixta como único modelo económico viable, en lo que coinciden con la centroizquierda, pero dentro de limites más restringidos. La centroderecha apoya generalmente apoya la economía social de mercado pero muchos de sus sectores buscan reducir la intervención estatal en la economía a circunstancias excepcionales.[38]
A) Reducción de los impuestos para estimular el consumo, el ahorro y la inversión (generando mayor crecimiento económico, empleo y recaudación tributaria).
B) Reducción del gasto público (gasto del Estado) para frenar la inflación, el endeudamiento del Estado y los déficit fiscales, manteniendo el equilibrio fiscal.
Racionalización y limitación de los programas sociales (para evitar situaciones en las que la gente abuse de los subsidios del Estado negándose a hacerse responsables de ellos mismos).
Privatización de la mayoría de las empresas del Estado que no sean esenciales al interés nacional.
Comercio internacional "libre" pero dentro de acuerdos que protejan intereses nacionales y regionales, ( mercados comunes, acuerdos bilaterales o regionales etc)

Diferencias con otras posiciones políticas [editar]
Sus mayores diferencias con las fuerzas de centroizquierda radican en que éstas últimas quieren mayor gasto público, menos reducciones de impuestos y un equilibrio fiscal más flexible, así como la defensa del estado del bienestar. Adicionalmente, apoya una política penal más dura con los delincuentes, buscando corregir mas que prevenir.
A diferencia con el centrismo puro, la centroderecha tiende a por un lado a ser nacionalista -o regionalista- y al mismo tiempo incorpora posiciones o valores "de principio". En ese sentido, hereda de la derecha el concepto de que el mejor gobierno es aquel que esta más cerca de las costumbres y valores del pueblo (lo que a veces se traduce en una influencia de percepciones religiosas en el accionar político)
A diferencia con la derecha, la centroderecha reconoce un papel legitimo -aunque limitado- al actuar económico del gobierno y al actuar político de las instituciones que en la tradición cristiana se ven como intermedias entre el individuo o la familia y el estado: desde asociaciones de vecinos a organismos sindicales y partidos políticos- tienen no solo el derecho a actuar en representación de sus miembros sino a que el estado delegue poderes a ellos y subsidie su existencia (ver principio de subsidiariedad) Adicionalmente, propone una postura menos conservadora que la derecha política en temas sociales, en que acepta una concepción más amplia del derecho de los individuos a perseguir sus intereses o inclinaciones en la medida que no rompan la ley.
En países menos desarrollados el término centroderecha a veces es usado para designar a fuerzas que en Europa y Estados Unidos no serían llamadas como tales. Así, por ejemplo, en Chile algunas de las fuerzas políticas que apoyaron a Pinochet se autodefinen como "centroderecha : Decir la verdad, con tranquilidad, con calma, con argumentos, con solidez y lo mejor posible desde el punto de vista comunicacional: para la centroderecha no es una vergüenza haber apoyado al gobierno militar. Al revés. Para mucha gente como yo, civiles, militares, jóvenes, es una enorme tarea, que enorgullece.[39]

Centro izquierda [editar]
Artículo principal: Centro izquierda
Se denomina centro izquierda en ciencia política al espectro político donde se ubica a formaciones políticas de izquierda moderada, alejadas de las denominadas izquierdas revolucionarias o del comunismo. La ideologías típicas de la centro izquierda en occidente y especialmente en Europa serían las tendencias generalmente denominadas reformistas: la socialdemocracia, el socioliberalismo, la nueva izquierda. El electorado esencial de la centro izquierda lo compone la clase trabajadora urbana, la clase intelectual académica e, incluso, la población rural.
El ecologismo e incluso el democristianismo podría estar incluidos en la centro izquierda dependiendo el país. En Estados Unidos, a diferencia de otros países, el liberalismo como tal suele ser encuadrado en la centro izquierda, debido a la preponderancia del conservadurismo y el ultraconservadurismo en ese país. (en EEUU la derecha utiliza la palabra "liberal" como sinónimo de "izquierda")
En el caso de coaliciones electorales o parlamentarias, la centro izquierda identificaría al conjunto de formaciones de centro e izquierda, posiciones que en la actualidad en general promueven la tercera Vía.

Características [editar]
El término centroizquierda nació a principios del siglo XX para describir las ideologías políticas cercanas al socialismo, pero con matices capitalistas, aunque a partir de la época de la caída del Muro de Berlín ha sido usada más por los promotores del "capitalismo con rostro humano" o el "capitalismo popular"; y ha reemplazado así al término "izquierda moderada".
La mayoría de las fuerzas políticas de la centroizquierda son socialdemócratas; muchos de éstos partidos (como el Partido Laborista del Reino Unido) en sus orígenes defendían el llamado "Socialismo democrático", que propone la transición pacífica y gradual a una economía socialista dentro del sistema democrático de los países occidentales (en oposición al cambio violento y revolucionario acompañado de dictadura que suponía el comunismo).
Sin embargo, con el paso del tiempo estas fuerzas comenzaron a renunciar al objetivo de socializar totalmente la economía, especialmente cuando se hizo evidente el fracaso de la economía centralizada en los países comunistas. La caída del Muro de Berlín aceleró el proceso por el cual los partidos socialistas democráticos renunciaban a esa visión derivada del marxismo y aceptaron más ampliamente los postulados de la tercera vía.
En la actualidad las principales características de la centroizquierda en los países occidentales (principalmente en Europa) son las siguientes:
Defensa de la economía mixta como único modelo político-económico viable (en lo que coinciden con el centroderecha). Sin embargo, a la centroizquierda pone el acento en el carácter social del modelo; por eso sugieren concepciones mas limitadas del estado del bienestar o concepciones más amplias del estado social:
A) Mantención de un nivel relativamente alto de impuestos y rechazo a recortes fiscales excesivos; aunque la centroizquierda -desde el punto de vista económico de la tercera vía- no se opone necesariamente a reducir los impuestos (y de hecho, algunos Gobiernos de centroizquierda han reducido los impuestos cuando han gobernado), en general prefiere mantener el nivel de impuestos necesarios para actuar como instrumento de redistribución del ingreso en la sociedad (a través de gastos sociales o políticas redistributivas)
B) Defensa de los principios básicos del "Estado de bienestar". Históricamente ha sido la centroizquierda la que impulsó la creación de tal estado, dado que considera un deber esencial de la sociedad implementar políticas a favor de la igualdad de oportunidades y desarrollo de sus miembros, incluyendo el acceso de todos los ciudadanos a beneficios sociales básicos. (políticas sociales)
C) Equilibrio fiscal (procurar no caer en déficit fiscal) como objetivo general pero manteniendo la legitimidad de la intervención estatal (incluyendo deuda fiscal) si la situación lo amerita.
Regulación de los mercados, para evitar abusos de la empresa privada y defender al consumidor.
Legislación laboral más extensa y proteccionista de los derechos laborales.
Opuestos a la Privatización de las empresas del Estado; aunque el centroizquierda de algunos países puede aceptar mantener algunas empresas de interés general o nacional como privadas o con una participación minoritaria del Estado (ver: proyecto público-privado y empresa mixta)
En materias de comercio internacional, sectores del centroizquierda buscan restringir el comercio totalmente libre y se inclinan por un cierto proteccionismo moderado, con la finalidad no solo de proteger los intereses nacionales (incluyendo sectores populares) sino lograr un cierto grado de comercio justo.

Referencias [editar]
Es importante mantener presente que este punto intermedio no busca una equidistancia geométrica ni pretende que ambos extremos están igualmente "equivocados" sino mas bien es una posición de querer incorporar lo valuable en opiniones diversas o encontradas; "una ideología que combina lo mejor de la derecha y la izquierda en unas plataformas mucho más balanceadas.' Eugenio Martínez Rodríguez en: Equilibrio y centrismo político
por ejemplo, Jaime Rodríguez-Arana Muñoz dice: Desde esta perspectiva, el centro político suele interpretarse como el justo medio entre dos posiciones extremas.- ver: Justo medio, política y centro. en: http://www.conoze.com/doc.php?doc=6024
Por ejemplo: "... es posible obtener un consenso general alredodor de esos puntos... evidencia a lo largo de esas lineas viene de la extensiva investigacion de un grupo de científicos sociales (bajo la dirección de Terry Nichols Clark y Ronald Inglehart). La orientación que ellos han descubierto no corresponde a las categorías usuales, combina algo del liberalismo de mercado asociado con la derecha con el progresismo social identificado con la izquierda. Sus adherentes no están fuertemente asociados con ningún partido identificable o ideología tradicional y parecen haber perdido interés en algunos de los temas tradicionales del conflicto político ... (etc) Walter Truett Anderson en 44 Escritores, políticos y activistas (tratan) de describir el Centro Radical (en ingles en el original)
El gobierno representativo falla cuando políticos corruptos en general sirven intereses empresariales o especiales. Es entonces imprescindible que la ciudadanía tenga oportunidades democráticas directas.- Joel S. Hirschhorn, en Our President Should Support More Direct Democracy
Juan José Lucas: "Podríamos concretar más señalando que el centrismo reformista se debe desarrollar sobre tres pilares fundamentales. El primero de ellos consiste en la defensa de unos valores humanos y de unos principios democráticos básicos. Alain Touraine nos señala que, hoy, la apelación a la igualdad y la libertad aburre, mientras el interés de la mayoría se ve excitado por el consumo. Pero debemos convencernos de que esto sería una regresión insoportable. Hemos de reencontrar la conciencia política. Debemos reencontrar la convicción de que podemos ser los actores de nuestra historia y no sólo los ganadores o perdedores de unas batallas libradas en el mercado internacional." .- en Los tres pilares del centro reformista
"La tercera opción, el centrismo, no es ideológica. No parte de una concepción del hombre y del Estado, como el liberalismo o el socialismo. El centrismo es en sí mismo situacionista, puesto que se define en función de la posición ideológica de otros. Puede defender una cosa o la contraria, según la oportunidad.".- Liberalismo, socialismo y centrismo en Esperanza2012
"El hallazgo estratégico del centrismo es la campana de Gauss. El centrista calcula la curva para cada cuestión, y busca situarse allí donde haya más votantes. El centrista no tiene ideas, ni principios, ni aspira a convencer de nada a nadie. “Soy un hombre normal”, decía Rajoy en la campaña electoral, ansioso por convencer a los millones de votantes normales que están en el centro de la campana de Gauss." .- Liberalismo, socialismo y centrismo en Esperanza2012
"En las críticas a Aznar y a su Gobierno por su actuación en la crisis del “Prestige” no se ha reparado en un aspecto, su carácter de auténtica epopeya centrista, de retrato inmisericorde de una forma muy profesional y muy de derechas de hacer política, carente por completo de escrúpulos, ciega y sorda a todo lo que no sea el disfrute del poder, pero que trata de revestir con palabrería moderada y velados conjuros guerracivilistas, una ética que no va más allá del disfrute del cargo y una ideología que no es sino la falta de compromiso con los votantes, con su programa electoral, con el sistema representativo y con la soberanía nacional. ¿Qué es centrismo? El arte de conservar el Poder quitándose de en medio, la técnica de no apostar a nada para conservarlo todo." Federico Jiménez Losantos, en ¿Qué es centrismo? Lo del “Prestige”
Como ejemplo: Gonzalo Fernández de la Mora argumenta que "La tercera vía que patrocinan ciertos socialistas finiseculares tiene ya más de medio siglo de ineficaz ambigüedad; ni es nueva, ni es única, ni ha funcionado. Si ahora encubre la simple adopción del mercado, la fórmula sería el maquillaje verbal de una plena retractación sustantiva." (en: Izquierda y derecha hoy mientras Angel Rodriguez Kauth (en Centro en Politica aduce que el centrismo no es mas que ""una paranoica huida de los originarios liberales hacia un supuesto centro". El resto de los argumentos de ambos son esencialmente los mismos
"Esto hace que uno termine ocupando un espacio definido por la oposición a otras posturas;" MARTÍN TANAKA: El "justo medio" en Aristóteles .- http://martintanaka.blogspot.com/2006/10/el-justo-medio-en-aristteles.html. Sin embargo, John Avlon (citado en 44 Writers, Activists, and Politicians (Try to) Describe the Radical Middle) argumenta que tal sugerencia es como llamar "aburridor" a un sabio. A partir de la base que ningún partido posee inherentemente el monopolio sobre las buenas ideas, los centristas tienen la posibilidad unica de buscar las mejores soluciones a problemas persistentes y situaciones nuevas"
"... siempre tendí a pensar que ese "justo medio" en realidad encubría una postura conciliadora; y que sólo tenía sentido dentro de un razonamiento unidimensional, pero que incorporando más dimensiones, el pretendido justo medio podría quedar en realidad en un extremo inconveniente."- MARTÍN TANAKA El "justo medio" en Aristóteles .- http://martintanaka.blogspot.com/2006/10/el-justo-medio-en-aristteles.html
"Una consideración más frontalmente descalificatoria ha sido la formulada por autores como Stuart Hall, Chantal Mouffe, Steven Lukes, Alan Ryan, etcétera, para quienes se trata de una operación cosmética que, con el pretexto de modernizar el programa para adaptarlo a una situación nueva y distinta, lo que hace en realidad es confortar el statu quo renunciando a acometer los grandes problemas." José Vidal Beneyto en El destino del reformismo
De acuerdo a Kant cabe preguntarse como o porque es que las cosas comúnmente consideradas “buenas”, tales como salud, riqueza, amistad, lo son. El concluye que no son tales en cualquier circunstancia, sino sólo en tanto estén unidas a algo que es el único bien sin reservas: la buena voluntad. Para él , la buena voluntad representa el esfuerzo de los seres racionales por hacer lo que tienen que hacer, en lugar de actuar por inclinación o por interés propio.- Para un análisis mas detallado, ver: "Ética kantiana: la razón práctica" : http://filosofia.idoneos.com/index.php/340982
Guillermo Hoyos V: Hermeneutica juridica
La filosofía de Aristóteles
José Luis Colomer: Algunos apuntes sobre Kant y la libertad política
Ver "Política"; "Ética" y "Virtudes" en Aristóteles
ver deber ser y "Ética de Kant" en Kant
por ejemplo, Javier Arenas~: "Siempre hemos defendido que para reformar estatutos había que hacerlo con la Constitución y por consenso" en Yo me siento muy cómodo siendo centrista como Aznar y Rajoy
Juan José Lucas: "Pero estos valores debemos realizarlos con un talante específico, como es la tolerancia. El centrista se debe caracterizar no tanto por lo que defiende, sino por el talante con que lo defiende; basándose en la tolerancia antidogmática, el consenso y el diálogo." en Los tres pilares del centro reformista
La política como garantía de la moral: Immanuel Kant
Trías, Eugenio: Preludio de Navidad , http://www.almendron.com/tribuna/?p=13316
Este "centro radical" se percibe específicamente como " no siendo un punto medio "salvo" o "cómodo" entre los extremos de derecha e izquierda. Esta fuera del tradicional espectro político ... en libertad para encontrar ideas donde sea" - en [http://www.huffingtonpost.com/art-levine/beyond-centrism-the-real_b_25151.html?view=print "Mas alla del centrismo: la verdadera solucion del centro radical (en ingles en el original)
Entre otros, tanto los partidarios del marxismo como los del neoliberalismo afirman que, en el largo plazo, solo hay dos opciones posibles en el manejo de asuntos de economía política: o se deja todo en las manos de individuos o se da control total al estado
El camino del centrismo - Humberto Ortega. en: http://www.laprensa.com.ni/archivo/2005/febrero/23/opinion/
Introduction: new perspectives on competition and cooperation: http://www.sciencedirect.com/science?_ob=ArticleURL&_udi=B6VFS-4D4SM98-2&_user=10&_rdoc=1&_fmt=&_orig=search&_sort=d&view=c&_acct=C000050221&_version=1&_urlVersion=0&_userid=10&md5=a4569e22272b2773c2d8fce073fe3eef
Implementing Competition-related Provisions in Regional Trade Agreements: Is it possible to obtain development gains? en http://www.unctad.org/Templates/webflyer.asp?docid=8088&intItemID=4210&lang=1
Incentives and Forms of Cooperation in Research and Development. en http://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=1071967
ENERGY COMPETITION OR COOPERATION: SHIFTING THE PARADIGM. en : http://usinfo.state.gov/journals/ites/0504/ijee/stanislaw.htm
Cooperation and competition. en http://eu.conecta.it/paper/Cooperation_competition.html
Cooperation development for Socio-Economic Sustainable Growth, etc, en http://eucoop.org/
El primer paso de esa estrategia se dio el pasado 4 de marzo con la presentación del "Decálogo" del Grupo PPE-DE, un documento que señala cuatro grandes ejes de actuación -Una Europa de valores, Una Europa del crecimiento y del poder adquisitivo, una Europa de la seguridad y una Europa de la solidaridad- sobre los que se harán propuestas e iniciativas concretas. Berlusconi, Fillon y Rato participan esta semana en el foro de ideas del centro-derecha europeo que preside Mayor Oreja
el-futuro-del-centro-derecha/
Joaquín Calomarde, diputado del PP al Congreso por Valencia, en un duro artículo de opinión publicado en El País
Posicion de Vargas Llosa
Wilson Tapia V. :LA NUEVA CENTRODERECHA
Burson Marsteller: El Parlamento Europeo 2004-2009 se hallará dominado por el centro-derecha
George Bush Jr -a pesar de que no es generalmente reconocido como centrista- se acerco a esta posición "centrista" cuando propuso un paquete de ayuda para evitar la crisis financiera del 2008; Firmemente creo en la libre empresa y mi instinto era que no intervenga el Gobierno, pero estas no son circunstancias normales", explicó el primer mandatario
Alberto Cardemil: En la derecha afirman que la Concertación ha sacado dividendos políticos de los DD.HH. ¿Qué debe hacer la Alianza para revertir esta situación?

Véase también [editar]
Espectro político
Derecha política
Economía mixta
Izquierda política
Tercera Vía
Estado Social
Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Centro_pol%C3%ADtico"
Categorías: Wikipedia:Fusionar Retórica Espectro político Filosofía política Democracia cristiana
Como curiosidad complementaria se puede observar a la UCD española ,surgida de la derecha franquista para conducir a España en la etapa democratica y con cambios y variaciones ideologicas importantes
Unión de Centro Democrático
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Para otros usos de este término, véase Unión de Centro Democrático (desambiguación).
Unión de Centro Democrático
Presidente
Adolfo Suárez
Secretario General
Líder
Portavoz
Aparece en
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Fundación
3 de mayo de 1977 14 de agosto de 1977 2
Disolución
18 de febrero de 1983
Sede
Madrid
Ideología política
Centro, Centro-derecha-moderada, democracia cristiana, socialdemocracia, liberalismo
Afiliación internacional
Partidos que la componen
Partido Demócrata CristianoPartido PopularPartido Socialdemócrata IndependientePartido Social Liberal AndaluzPartido Socialdemócrata de EspañaPartido Progresista LiberalFederación de Partidos Demócratas y LiberalesPartido LiberalFederación Social DemócrataPartido Gallego IndependienteUnión CanariaUnión Social Demócrata EspañolaUnión Demócrata de MurciaAcción Regional ExtremeñaPartido Demócrata Popular
Sitio web
1 Como coalición.2 Como partido.
Unión de Centro Democrático (UCD) fue una coalición política y posteriormente un partido político español de centro, cuyo líder fue Adolfo Suárez.
Contenido[ocultar]
1 Fundación
2 Los años de gobierno (1977-1982)
2.1 Legislatura Constituyente
2.2 I Legislatura de España
3 Disolución
4 Véase también
5 Enlaces externos
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Fundación [editar]
Se formó como coalición en mayo de 1977, durante la transición posterior a la dictadura de Francisco Franco. La UCD reunió a los siguientes partidos, con sus respectivos líderes:
Partido Demócrata Cristiano (PDC) de Fernando Álvarez de Miranda
Partido Popular (PPCD) de Pío Cabanillas
Partido Socialdemócrata Independiente (PSI) de Gonzalo Casado
Partido Social Liberal Andaluz (PSLA) de Manuel Clavero
Partido Socialdemócrata de España de Francisco Fernández Ordóñez
Partido Progresista Liberal (PPL) de Juan García Madariaga
Federación de Partidos Demócratas y Liberales (FPDL) de Joaquín Garrigues Walker
Partido Liberal de Enrique Larroque
Federación Social Demócrata (FSD) de José Ramón Lasuén
Partido Gallego Independiente (PGI) de José Luis Meilán
Unión Canaria (UC) de Lorenzo Olarte
Unión Social Demócrata Española (USDE) de Eurico de la Peña
Unión Demócrata de Murcia (UDM) de Antonio Pérez Crespo
Acción Regional Extremeña (AREX) de Enrique Sánchez de León
Partido Demócrata Popular (PDP) de Ignacio Camuñas
estando la coalición bajo el liderazgo de Adolfo Suárez. Sus principales componentes se declaraban demócrata-cristianos, liberales, socialdemócratas o independientes, siendo éstos últimos frecuentemente elementos procedentes del régimen franquista. Posteriormente, el 4 de agosto de 1977, se transformó en un partido político.

Los años de gobierno (1977-1982) [editar]
UCD gobernó España desde 1977 hasta 1982. En las Elecciones Generales del 15 de junio de 1977 obtuvo 6.310.391 votos (34,4%) y 166 escaños. Pudo gobernar debido al apoyo parlamentario y al consenso establecido tanto con AP como con el PSOE y el PCE. Fue uno de los principales partidos impulsores de la Constitución de 1978, teniendo entre sus filas a 3 de los 7 ponentes constitucionales. En marzo de 1979 volvió a ganar las elecciones con mayoría simple, obteniendo 6.268.593 votos (34,8%) y 168 diputados.

Legislatura Constituyente [editar]
Artículo principal: Legislatura Constituyente de España
La Legislatura Constituyente de España comienza el 19 de junio de 1977, tras el triunfo por mayoría simple de la UCD en las elecciones generales.
El nuevo gobierno, presidido por Adolfo Suárez González, vendría a culminar el proceso de Transición Española desarrollado en el país tras la muerte de Francisco Franco al propiciar la redacción de la Constitución española de 1978.
Las nuevas Cortes se inauguraron el 22 de julio.

I Legislatura de España [editar]
Artículo principal: I Legislatura de España
La I Legislatura de España (o II, si incluyéramos en la cuenta la Constituyente), comienza el 1 de marzo de 1979, tras el triunfo por mayoría simple de la UCD en las elecciones generales.
El nuevo gobierno sería presidido por Adolfo Suárez González hasta su dimisión (29 de enero de 1981), siendo su sustituto Leopoldo Calvo-Sotelo tras el fallido intento de golpe de Estado del 23 de febrero de ese año.
Por su parte, el PSOE quedaría como el principal partido de la oposición y en las municipales, PSOE y PCE ganarían la mayoría de los ayuntamientos de las grandes ciudades.

Disolución [editar]
La razón fundamental de su desaparición fueron los conflictos internos, que causaron la renuncia a la Presidencia del Gobierno de Suárez en enero de 1981, sustituyéndole hasta el fin de la legislatura Leopoldo Calvo-Sotelo. Hay quien opina que lo único que mantenía unida la coalición era la redacción de la nueva Constitución. A su vez terminó siendo un partido con escasa popularidad y amplio rechazo, debido al aumento del paro, la grave inflación y la general crisis económica que vivía el país. En las Elecciones Generales de 1982, en las que venció de forma aplastante el PSOE, presentó como candidato a Landelino Lavilla, y sólo obtuvo 1.425.093 votos (6,7%) y 11 escaños.
Tras su renuncia, Adolfo Suárez formó el Centro Democrático y Social (CDS), que compitió con UCD en las elecciones de 1982 y del que sería presidente hasta 1991. Por su parte, Francisco Fernández Ordóñez se integró junto a su grupo socialdemócrata en el PSOE. Por otro lado, el Partido Demócrata Popular o el Partido Liberal se coaligarían con Alianza Popular, acabando por integrarse en este partido y ocupando el espacio del centro-derecha. Por consiguiente, la UCD fue disuelta el 18 de febrero de 1983. La base electoral de la UCD nutrió simétricamente en las elecciones de 1982 a las dos principales formaciones de la izquierda y la derecha, el Partido Socialista y Alianza Popular, la cual, tras refundarse en 1990 con el nombre de Partido Popular, pasó a capitalizar una porción aún mayor del electorado centrista. El CDS también se disolvió en el año 2005.

Véase también [editar]
Legislatura Constituyente de España (1977-1979)
I Legislatura de España (1979-1982)
Partidos políticos en España
Centro Democrático y Social
Transición Española

Enlaces externos [editar]
UCD en ELPAIS.com
Centristas españoles en 1977
Diputados de UCD en 1977 por partidos de la coalición
Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Uni%C3%B3n_de_Centro_Democr%C3%A1tico"
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